Bolitas de pollo

Esta receta se la dedico con mucho cariño a mi tío Paco, está claro que mi vocación por la cocina viene de familia porque le encanta cocinar e improvisar nuevas recetas, vamos que tiene solución para todo, con pocos ingredientes y mucha imaginación culinaria te prepara un plato para chuparse los dedos...Gracias por cederme esta deliciosa receta, ha sido todo un éxito.

Ingredientes para unas 30 bolitas:

• 4 pechugas de pollo
• 4 cebolletas pequeñas
• Pan rallado
• Sésamo
• 2 huevos
• Salsa Perrins
• Salsa soja
• Aceite
• Sal
• Pimienta

Elaboración: 

Pochar la cebolleta picada con un poco de aceite y reservar.

Freir las pechugas cortadas a daditos de unos 2 cm de grosor. Cuando estén casi hechas salpimentar y añadir un chorreón de salsa Perrins y otro de salsa de soja. La carne se acabará de hacer mientras reducen las salsas.

Una vez ha reducido apartar del fuego y mezclar con la cebolleta.

Un, dos, tres, picadora Mulinex. Cogemos la mezcla y la pasamos por la picadora hasta que quede bien triturada. Cuanto más picada mejor se amasará luego.

A la carne y la cebolleta picada se le añaden un par de huevos, pan rallado y sésamo al gusto. Se remueve todo muy bien hasta que amalgame y haga como una especie de pasta.

Una vez tenemos todo mezclado moldeamos bolitas con las palmas de las manos (que habremos limpiado convenientemente). Pasamos las bolitas por harina y las freímos en abundante aceite de oliva hojiblanca virgen extra (el que anuncia Bisbal).

Trucos: 

Proveerse de una buena cerveza o copa de vino para amenizar la preparación del plato es fundamental.

A la hora de freir las bolas no aconsejo echar más de 6 a la vez a la sartén. Un número mayor a la media docena es ingobernable y no se cogen todas con la espumadera para retirarlas a la vez del aceite.

Cuando retiremos las bolas ya fritas es mucho mejor dejarlas escurrir en una rejilla metálica a hacerlo en papel de cocina. Si las vamos a consumir inmediatamente la rejilla metálica hace que no se empapen de aceite y se reblandezcan. Si por el contrario, las bolas las hacemos para consumirlas al día siguiente podemos optar por el escurrido en celulosa sin ningún remordimiento ya que de un día para otro ya se habrán reblandecido solas.